Hace unos meses en Bogotá, el Foro de Líderes y Emprendedores en la U (Foro de Líderes y Emprendedores en la U), un gran evento organizado por la revista colombiana Semana (la más prestigiosa y leída en el país), donde, durante 3 días, se habló de la innovación, la creatividad y el emprendimiento de nueva generación, así como de la situación actual de estos temas en Colombia. Cientos de estudiantes de pregrado y postgrado que se destacaron por su liderazgo, espíritu empresarial y excelencia académica, se reunieron con las figuras más influyentes de la política nacional, líderes empresariales, periodistas, profesores y ciudadanos emprendedores para hablar con orgullo de sus ideas exitosas. Entre los panelistas más destacados se encontraba Pedro Moneo, fundador de Opinno y editor de la revista MIT Technology Review para Brasil y América Latina.  Yo, otro colombiano, que asistí como reportero de su panel, dejé la conferencia absolutamente emocionado y orgulloso de mi país después de que un español mostró con figuras e historias personales el amor y la confianza que mi país y su gente tienen.

A pesar de todas las dificultades en el marco de los procesos pacíficos con el grupo guerrillero más antiguo del continente, que mantiene a 45 millones de personas al margen, Colombia vive un buen momento con la esperanza de un futuro mejor. Moneo lo define como un período ideal en el que los factores económicos, tecnológicos y sociales convergentes que se hacen aquí y ahora, pueden permitir que sucedan cosas que nunca se han hecho antes.

Colombia, una nación con una economía robusta, un sector financiero que sigue creciendo y obteniendo beneficios a pesar de la recesión económica mundial (PIB 4,0% en 2012, superior al promedio de América Latina); un clima ideal para hacer negocios alentando a los inversionistas con beneficios fiscales (según el índice de protección al inversionista Doing Business 2014, somos el país con mayor fortaleza en términos de protección al inversionista en la región). Aquí hay un crecimiento exponencial de las exportaciones y un rápido crecimiento de las importaciones. Más de 15.000 millones de dólares (el récord más alto en la historia de Colombia), la IED (2012) y la mano de obra calificada (somos uno de los países con el mayor incremento anual en la disponibilidad de recursos humanos según el Índice de Crecimiento de la Fuerza Laboral IMD 2012) son factores que hacen que el mundo de hoy nos vea con una nueva mirada. (Más información en http://goo.gl/NYpSTh)

Mientras hablaba en el foro, Moneo sorprendió a la audiencia con datos que dejaron a muchos con la boca abierta. Somos parte de un continente revolucionario que es joven y nativo de Internet. En Colombia, alrededor del 50% de la población tiene menos de 25 años, la misma edad que la red. Una cifra que hoy es que somos el país más activo en Google, y nuestra capital, Bogotá, es la cuarta ciudad más grande del mundo en Twitter y tenemos un gobierno que invierte en programas que avanzarán hacia el 2014, proporcionando acceso a Internet al 96% de los municipios de nuestro territorio. Se basa en el plan Vive Digital, un compromiso del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, que busca ampliar el uso de Internet en el país como foco de desarrollo. Hoy, después de 3 años de su lanzamiento, ha logrado conectar a más de 7 millones de colombianos a la red, entregar 355.000 computadoras y 82.000 tabletas a escuelas de todo el país en 2013, está conectado al 43% de las pequeñas y medianas empresas de Internet y cuenta con un presupuesto de 18 millones de dólares, que financiará estudios de TIC para personas en desventaja. (Fuente: www.mintic.gov.co)

Pero hay que decir que la vida aquí no es fácil para muchos. Las dificultades y la falta de oportunidades es una situación que nos ha llevado a desarrollar habilidades para encontrar el sustento diario. La crisis por el alto costo de los alimentos, las dificultades para encontrar trabajo, el difícil acceso a una vivienda decente, etc., nos lleva a ser ingeniosos... ¡muy ingeniosos!  Encontramos oportunidades donde otros no pueden verlas. Nos adaptamos a nuestro entorno y asignamos nuevos significados, generando ideas muy creativas. Por ejemplo, un colombiano que convierte una simple bicicleta en una parrilla para vender arepas (base de la dieta colombiana) en las calles, alimenta a docenas de hambrientos peatones que salen de sus casas para ir a trabajar sin desayunar. Otro colombiano convirtió la espalda de un burro en una biblioteca, llevando libros a los rincones más remotos del país (Proyecto Biblioburro), creando un cambio social de alto impacto a través de la lectura. Se inventó otro nuevo trabajo: ¡vender minutos! El "hombre de los minutos", una cabina telefónica ambulante que camina por las concurridas calles de la ciudad con dos teléfonos en la mano y un colorido chaleco, grita desde los tejados: "¡Minutos, minutos, minutos por 200 pesos!".  Esto crea otra forma de sobrevivir a la realidad que nos rodea.

Estos son sólo algunos ejemplos de cómo una necesidad se convierte en oportunidad, basada en el ingenio. Hay millones de historias como estas, pero para nosotros como colombianos, pasan desapercibidas porque nada nos sorprende, ya que sabemos que algo nos puede pasar. Lamentablemente, tuvo que ser un español que vino del otro lado del mundo, para recordarme el buen momento que vive mi país, las oportunidades que se están desarrollando y lo creativos y talentosos que son nuestros pueblos, los nacidos y criados en Colombia, el país donde la necesidad fomenta la creatividad.