La industria española de las TIC puede convertirse en un motor de crecimiento y creación de empleo en nuestra economía, como quedó reflejado en el XXVII Encuentro de Telecomunicaciones, celebrado esta semana en Santander.

En este contexto, Santiago Roura, Consejero Delegado de la consultora y tecnológica Indra, presentó el estudio " Economía Digital y TIC: construyendo capacidades globales". Destacó el reconocimiento internacional de que goza la industria española del software y examinó los retos a los que se enfrenta y las oportunidades que hay que aprovechar.

El estudio muestra que muchas empresas internacionales han elegido nuestro país para implementar sus centros especializados de desarrollo tecnológico y que la industria del software y las telecomunicaciones requiere esfuerzos especialmente importantes en I+D+i, para adaptar soluciones, procesos y metodologías a las demandas del mercado. Sin embargo, el sector no es inmune a la actual situación económica, que está afectando a su modelo histórico de crecimiento. Indra muestra que la industria se verá obligada a responder a una serie de retos a corto plazo, como la reducción de los niveles de inversión local o la consolidación de las actividades internacionales de las grandes empresas. A este respecto, la empresa indica que la reconsideración de la subcontratación ofrece una buena oportunidad para superar estos desafíos, como el apoyo a la contratación local. Las empresas se están dando cuenta de que el coste salarial no es el único coste del servicio y consideran elementos como la madurez de la organización, productividad, incidentalidad o criticidad de los procesos.

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España es el segundo país europeo con mayor número de teléfonos inteligentes y tabletas, lo que representa una oportunidad de negocio. Según Roura, es necesario fomentar la creación de start-ups de base tecnológica que respondan a estas nuevas demandas de la sociedad y fomentar un ecosistema empresarial en este ámbito. Por ejemplo, la nueva economía APP (el negocio relacionado con el desarrollo y la venta de aplicaciones para smartphones) impulsó el desarrollo de más de 1,5 millones de aplicaciones en 2012, generando más de 1.100 millones de euros.

Está demostrado que una inversión en TIC, en cualquier industria, provoca un aumento de la productividad. Concretamente, en los países de la OCDE, las TIC han provocado un aumento de la productividad de más del 50% en la última década. Sin embargo, para continuar esta tendencia, se necesita una estrategia para su desarrollo. Para que esta industria se posicione como generadora de empleo estable y de calidad en España, es necesario, en primer lugar, una política pública que fomente su desarrollo, así como otras empresas con competencias punteras y vocación global. En última instancia, es esencial contar con un sistema educativo con la capacidad y la voluntad de formar a los futuros profesionales de las tecnologías de la información y la comunicación.

Santiago Roura está convencido de que "la industria de las TIC en España debe convertirse en un motor de crecimiento para la economía española", con especial atención al empleo de los jóvenes. Para ello, es necesario un fuerte compromiso desde todos los ámbitos institucionales y privados para dar mayor visibilidad al sector TIC en España y proyectarlo hacia el exterior.