Aunque el cambio climático está en la conciencia de todos, tal vez no todos logran entender su urgencia. Y peor aún, puede que algunos prefieran descreer para continuar implementando modelos económicos que generan empleo, pero no son sostenibles.

El panorama es grave. El Banco Mundial ha advertido que si no se toman medidas inmediatas, las consecuencias del calentamiento global podrían convertir a 100 millones de personas en pobres para 2030.

A diferencia de hace 30 años, cuando empezaron los primeros cuestionamientos sobre los efectos desfavorables de la industrialización sobre el medio ambiente, hoy contamos con herramientas tecnológicas, económicas y sociales que sirven para medir el impacto, tener datos confiables y claros, y tomar acción para revertir el daño, o evitar que siga empeorando.

Si el asunto es tan grave, ¿por qué potencias como Estados Unidos van en contravía de los esfuerzos mundiales por reducir emisiones y activar economías sostenibles? Luis Aguirre, Presidente y CEO de Green Momentum, opina que “desacelerar el cambio climático implica sí o sí deshacer o cambiar el modelo económico actual de los países. Según el mismo Donald Trump, el pacto de Paris (del cual canceló su compromiso) castigaba a Estados Unidos y costaría millones de empleos en ese país.” Pero Aguirre señala que de hecho, para cualquier gobierno, incluso para los que sí se comprometen con ese tipo de acuerdos, el desafío es enorme.

HBR Summit LATAM 2019 - Luis Aguirre-Torres, "Business in the era of climate change: the B side of the environmental emergency",

¿Cuál es la solución entonces? Según Aguirre, la respuesta está en la cooperación dentro y fuera de los gobiernos, “hay que tener un plan público viable para reducir emisiones sin afectar drásticamente la forma en que todos vivimos. Y cada organización, pública o privada, debe comenzar a tomar decisiones importantes y algunas muy difíciles. Aunque suene desalentador, las empresas que ya han tomado estas decisiones y las han puesto en marcha para beneficio del medio ambiente, están subiendo en la bolsa de valores.”.

Un ejemplo claro es IKEA con su campaña Un mundo mejor comienza en tu hogar. El mensaje es que cada cambio, por más pequeño que parezca, puede hacer la diferencia en pos en un mundo más sostenible. IKEA ha invertido 600 millones de euros en energías renovables para producir sus productos a partir del año 2020. Y más importante aún, el código de conducta para proveedoresIWAY Standard, impone los requisitos mínimos de cuidado con el medio ambiente, el impacto social y las condiciones laborales.

Otro ejemplo es NIKE. En sus objetivos para el 2020, dentro de sus prioridades está reducir la huella ambiental a través de la utilización y diseño de nuevos materiales, el aumento de energía renovable, el consumo de agua en su cadena de suministro, el reciclado de residuos y la regulación de productos químicos. Dentro de esos objetivos, también está la parte humana, donde harán lo posible por mejorar la vida de las personas.

Finalmente, Aguirre, concluye que “el mundo entero se ve en la necesidad de afrontar los retos de nuestro tiempo. Podemos quedarnos en las adversidades, en la inestabilidad que existe desde el aspecto geopolítico, social, en toda la desigualdad e injusticia. Pero el primer paso es reconocer que hay un problema para poder empezar a resolverlo. Hay que despertar la conciencia colectiva para nunca dejar de buscar soluciones.”

Escucha a Luis Aguirre en su conferencia “Los negocios en la era del cambio climático: el lado B de la emergencia ambiental” en el vídeo a continuación: